Eres una mujer de fuego y como tal brillas
Con tu candente aura luminosa nos acoges
Con tus palabras fogosas, con tu cálida sonrisa.
De entre muchas, admirable
De entre todas, una joya
Un evento inexplicable
En un mundo que zozobra.
Quizá por eso mismo me sorprendió verte flamear
Con esa voz tan precisa
Con ese tan seguro andar...
¡Vaya!— pensé por un momento--
¡Qué fuerza impresionante,
Expresa en cada gesto
Una energía incomparable!
Y tu fuego brillaba entonces más potente que nunca
¿Cómo fue posible antes no verlo?
Omitía el brillo del sol por mirar hacia la luna.
Pero, a tiempo, me di cuenta de tu potencia
De tus garras de leona cariñosa
Y escuché tus consejos con paciencia
Mientras me guiabas, con tus manos, entre las sombras.
Eres una mujer de fuego, y como tal, a veces te quemas
Tu cálida aura también te daña a ratos
Tu propia lumbre, a veces, te condena.
Y quienes te hemos visto brillar pensamos
"¿Cómo es posible ayudar a quien el fuego maneja?
¿Serán suficientes nuestras manos?
¿Podremos quitar, en parte, el peso que te aqueja?"
No lo sé, mujer de fuego, realmente está fuera de mi alcance
Sólo puedo tenerte en pensamientos
Sólo puedo desear que te levantes.
Estás en otra etapa, una que no nos imaginamos
Tan lejos, estando tan terriblemente cerca
Nos quema saber cuánto estás luchando.
Ten fuerza, mujer de fuego, fortaleza y templanza
Que tu batalla aún no termina
Que no abandone nunca, a tu corazón la esperanza.
Y no dudes, mujer de fuego, tal como no dudamos tu potencia
A fin de cuentas el fuego siempre se testea
Con los desafíos que el viento le presenta.
Mujer de fuego, esas llamas que, hoy parece, tambalean
Sé que te preparan para arder como nunca
Demostrándonos que tu fuego es también el de una estrella.
(Carlos Marchant P.)
Con tu candente aura luminosa nos acoges
Con tus palabras fogosas, con tu cálida sonrisa.
De entre muchas, admirable
De entre todas, una joya
Un evento inexplicable
En un mundo que zozobra.
Quizá por eso mismo me sorprendió verte flamear
Con esa voz tan precisa
Con ese tan seguro andar...
¡Vaya!— pensé por un momento--
¡Qué fuerza impresionante,
Expresa en cada gesto
Una energía incomparable!
Y tu fuego brillaba entonces más potente que nunca
¿Cómo fue posible antes no verlo?
Omitía el brillo del sol por mirar hacia la luna.
Pero, a tiempo, me di cuenta de tu potencia
De tus garras de leona cariñosa
Y escuché tus consejos con paciencia
Mientras me guiabas, con tus manos, entre las sombras.
Eres una mujer de fuego, y como tal, a veces te quemas
Tu cálida aura también te daña a ratos
Tu propia lumbre, a veces, te condena.
Y quienes te hemos visto brillar pensamos
"¿Cómo es posible ayudar a quien el fuego maneja?
¿Serán suficientes nuestras manos?
¿Podremos quitar, en parte, el peso que te aqueja?"
No lo sé, mujer de fuego, realmente está fuera de mi alcance
Sólo puedo tenerte en pensamientos
Sólo puedo desear que te levantes.
Estás en otra etapa, una que no nos imaginamos
Tan lejos, estando tan terriblemente cerca
Nos quema saber cuánto estás luchando.
Ten fuerza, mujer de fuego, fortaleza y templanza
Que tu batalla aún no termina
Que no abandone nunca, a tu corazón la esperanza.
Y no dudes, mujer de fuego, tal como no dudamos tu potencia
A fin de cuentas el fuego siempre se testea
Con los desafíos que el viento le presenta.
Mujer de fuego, esas llamas que, hoy parece, tambalean
Sé que te preparan para arder como nunca
Demostrándonos que tu fuego es también el de una estrella.
(Carlos Marchant P.)