(Nota aclaratoria: Alexitimia es el término médico que identifica un trastorno psicológico que se traduce en la incapacidad de identificar y describir verbalmente las emociones y los sentimientos)
Érase una vez, un hombre de sentimientos cercenados
Así como lo leen, el pobre carecía del lado derecho del cerebro
No se me mal entienda, no lo digo de forma literal
Es sólo que este hombre era cualquier cosa, menos sentimental.
El hombre padecía de falta de amor, de miedo y de tristeza
(Aunque a veces reía, a veces sollozaba)
No procesaba el odio, la rabia ni la alegría
(Aunque a veces temblaba o se sonrojaba).
Las personas que eran cercanas a él intentaban entenderlo
No era malo -aseguraban- es sólo que no tiene sentimientos
No obstante, de cuando en cuando, una lágrima por su mejilla salía
Ya sea viendo una pelea o escuchando una triste noticia.
¿Qué es lo que te ocurre? - Algunos le preguntaban
Él sólo los miraba con ojos insondables
y respondía - Nada, nada - y el interlocutor callaba.
¿Acaso te sientes mal? - Otros le decían
Él no decía nada, sólo sumaba silencio a su mirada vacía.
Érase una vez, un hombre de sentimientos cercenados
Con el corazón roto por no poder expresar lo que le pasaba
Con el alma llorando a mares, durante años, durante décadas
Pero con una faz externa calma, que nada expresa.
Un día el hombre sin sentimientos desapareció
¿A dónde había huido? ¿Por qué había escapado?
Le buscaron por cielo, mar y tierra, sin resultado
¿Qué acaso aquel hombre los había abandonado?
Dicen las viejas leyendas, esas que recuerdan las machis antiguas,
Que el hombre decidió fundirse con la tierra
Para que sus sentimientos fueran liberados
Mediante el lamento de una lluvia pasajera.
Y cada cierto tiempo el hombre, que ahora es niño,
(Pues es niño para la edad de la tierra misma)
Libera las penas que no pudo como humano expresar
Y nos llueve sus recuerdos, con un frío temporal.
(Carlos Marchant P.)
Érase una vez, un hombre de sentimientos cercenados
Así como lo leen, el pobre carecía del lado derecho del cerebro
No se me mal entienda, no lo digo de forma literal
Es sólo que este hombre era cualquier cosa, menos sentimental.
El hombre padecía de falta de amor, de miedo y de tristeza
(Aunque a veces reía, a veces sollozaba)
No procesaba el odio, la rabia ni la alegría
(Aunque a veces temblaba o se sonrojaba).
Las personas que eran cercanas a él intentaban entenderlo
No era malo -aseguraban- es sólo que no tiene sentimientos
No obstante, de cuando en cuando, una lágrima por su mejilla salía
Ya sea viendo una pelea o escuchando una triste noticia.
¿Qué es lo que te ocurre? - Algunos le preguntaban
Él sólo los miraba con ojos insondables
y respondía - Nada, nada - y el interlocutor callaba.
¿Acaso te sientes mal? - Otros le decían
Él no decía nada, sólo sumaba silencio a su mirada vacía.
Érase una vez, un hombre de sentimientos cercenados
Con el corazón roto por no poder expresar lo que le pasaba
Con el alma llorando a mares, durante años, durante décadas
Pero con una faz externa calma, que nada expresa.
Un día el hombre sin sentimientos desapareció
¿A dónde había huido? ¿Por qué había escapado?
Le buscaron por cielo, mar y tierra, sin resultado
¿Qué acaso aquel hombre los había abandonado?
Dicen las viejas leyendas, esas que recuerdan las machis antiguas,
Que el hombre decidió fundirse con la tierra
Para que sus sentimientos fueran liberados
Mediante el lamento de una lluvia pasajera.
Y cada cierto tiempo el hombre, que ahora es niño,
(Pues es niño para la edad de la tierra misma)
Libera las penas que no pudo como humano expresar
Y nos llueve sus recuerdos, con un frío temporal.
(Carlos Marchant P.)