Llovía como nunca antes había llovido,
Con lágrimas de sangre
Desordenadas con la ventisca del olvido.
El viento, lamento arcaico del espíritu de la Tierra,
Traía más y más nubes rojas
Su contenido llenaba los estanques y teñía las arenas.
De los grifos de las casas empezó a salir el color viscoso
Y el olor al dolor se fue haciendo insoportable
Mientras la sed se apoderaba de la humanidad.
¿Humanidad? ¿Quedaba humanidad?
Los más teólogos recordaron la plaga arcaica
Y rogaron a los cielos con mil plegarias
Y lloraron pero, sus lágrimas, más sangre vertieron.
¿Acaso no veían que la plaga moderna
nada tenía que ver con la de tiempos remotos?
¿Acaso no comprendían que el cielo
sólo entregaba las cosechas de lo sembrado por nosotros?
Pues cada ínfima gota de sangre que hubo llovido
Fue sólo un diezmo de la que habíamos derramado
Al nombrar "progreso" al genocidio
Y "protector de paz" al hombre armado.
Con lágrimas de sangre
Desordenadas con la ventisca del olvido.
El viento, lamento arcaico del espíritu de la Tierra,
Traía más y más nubes rojas
Su contenido llenaba los estanques y teñía las arenas.
De los grifos de las casas empezó a salir el color viscoso
Y el olor al dolor se fue haciendo insoportable
Mientras la sed se apoderaba de la humanidad.
¿Humanidad? ¿Quedaba humanidad?
Los más teólogos recordaron la plaga arcaica
Y rogaron a los cielos con mil plegarias
Y lloraron pero, sus lágrimas, más sangre vertieron.
¿Acaso no veían que la plaga moderna
nada tenía que ver con la de tiempos remotos?
¿Acaso no comprendían que el cielo
sólo entregaba las cosechas de lo sembrado por nosotros?
Pues cada ínfima gota de sangre que hubo llovido
Fue sólo un diezmo de la que habíamos derramado
Al nombrar "progreso" al genocidio
Y "protector de paz" al hombre armado.