La recibió como regalo, algo que siempre había deseado con el alma. Estaba un poco a maltraer, por lo tanto, decidió sacar un poco el polvo que acumuló por los años, también aprovechó de volver a desarmar uno a uno sus componentes y les quitó el óxido y volvió a la vida la estructura metálica. Luego de 4 meses de minucioso arreglo comenzó a utilizarla, le extasiaba sentir el “Tac, Tac” de la máquina cuando golpeaba el papel, el mismo que creaba un relato lúgubre a doble espacio.
Lo que él no sabía es que cada golpeteo de la máquina provocaba algo en algún lugar de la tierra, removiendo arcaicos recuerdos, recordando antiguas promesas, despertando al anterior propietario de la máquina del sueño eterno de las tinieblas…
(Carlos Marchant P.)
Lo que él no sabía es que cada golpeteo de la máquina provocaba algo en algún lugar de la tierra, removiendo arcaicos recuerdos, recordando antiguas promesas, despertando al anterior propietario de la máquina del sueño eterno de las tinieblas…
(Carlos Marchant P.)