"Amado (sí, AMADO, no estimado ni querido, aunque tampoco idolatrado): Revisando en las páginas de internet, mediante alguna red social me llegó la notificación de que habías vuelto a escribir algo. Sé que tú piensas que jamás te leo (a veces tienes razón, otras veces —que son las más, debo recalcarte— sólo crees tenerla) pero en esta ocasión, Dios (o dioses, como sé tú prefieres que se diga) mediante, tuve la iluminación de pinchar en el enlace de tu blog y leer el último poema escrito ‘Una carta de amor’ y debo decirte algunas cosas sobre el poema y también sobre la carta:
En primer lugar ¿por qué me tratas de ‘usted’? ¿Acaso consideras que no estamos lo suficientemente unidos como para poder tratarnos de tú? ¿O sufres del miedo impersonal de no querer tutearme por un supuesto respeto? Aunque también, y te doy la licencia técnica de ello, puede ser que lo hayas hecho sólo con motivos artísticos para escribir tu poema.
En efecto, la carta de amor estaba escrita, pero encontrarla me costó largo tiempo ¿es necesario acaso esconderla entre mil y un cuadernos? Al menos hubieras dejado alguna pista del lugar donde se encontraba. Por cierto, te dejé un dibujito en cada uno de tus cuadernos de nota, búscalos :), y al fin, en el último cuaderno, escondida en un rincón la famosa carta de amor...
Partía llamándome ‘Mi vida’, desde ese momento supe lo que el poema quería decirme con respecto a que esa carta estaba llena de mentiras ¿cuántas veces no nos hemos dicho que el amor de pareja es sólo compartir la felicidad? pues pensamos que para alcanzarla no es necesario estar con nadie, sólo depende de nosotros mismos; hermoso pensamiento libre, aunque probablemente también es un discurso mentiroso, lo supe cuando, leyendo tu carta comencé a suspirar por los ojos, mira ¡qué coincidencia! también puedo usar metáforas, ha de ser tanto tiempo contigo que me has dado parte de tu esencia propia al momento de escribir. Aprovechando la inspiración, y respondiendo al hecho de que escribiste un poema para desestimar tu carta, he hecho el mismo trabajo para replicar a tu poema:
Querido amor (sí, AMOR) mío, quizá para ti, que eres poeta,
las palabras sean tan sólo semillas dispuestas
una tras otra en un arbitrario orden artístico
que invoca sentimientos por algún ritual místico
Pero para mí, un ser humano común y corriente,
lo que escribes, a veces toca el alma y aviva
lo que hace que el corazón lata (y lata bien fuerte)
y otras veces logras que ría, o incluso, trague saliva
En tu poema habías dispuesto que tus palabras eran de niño
Te acusas de nombrar amores, lunas y gestos
pero te olvidas de mencionar que estos son tu expresión de cariño
Disculparte es tan loco, como arrepentirte de un beso
Me dices que la carta tiene muchas" mentiras retóricas"
La verdad no puedo encontrar una sola
pues, te cuento, escribiste metáforas
de las cosas que haces cuando el alma me tocas
Tus palabras, lamento explicártelo, no están "endulzadas con la infamia"
Son las simples palabras de un hombre enamorado,
al escribir la carta tan pausada, de manera tan sabia
sólo me corroboras que ya te he conquistado.
No busques escudarte en la excusa barata
de que con tus palabras me estarías mintiendo
Al escribir eres incapaz de mentirme
en oficio, en carta, en prosa o en verso
Mi amor, no debes pedir perdón por la misiva escrita
no es normal que alguien escriba algo así en estos días
la enmarcaré y guardaré como un tesoro valioso
como la prueba concreta de tu amor silencioso
Considera esta mi respuesta a tu carta:
Una sonrisa, un beso, un guiño a distancia
y un escrito, donde admito, sin espacio a error
que te has ganado el derecho que te llame "mi amor"."
(Carlos Marchant P)